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“Hay en esta ciudad bastantes rincones. Rincones a los que no se asoma el mismo sol que brilla en el resto de la ciudad, sino otro distinto, con una luz especial. En esos rincones se vive una vida muy diferente a la de nuestro alrededor; una vida que podría ser imaginada en lejanas y misteriosas tierras, pero no aquí, entre nosotros, en nuestro tiempo. En esa otra vida hay algo fantástico, ideal… aunque también, me temo, algo muy vulgar.”
Noches Blancas cuenta la historia de dos jóvenes soñadores acostumbrados a vivir en soledad. Pero por fin, por casualidades del destino sus caminos se juntan en una noche blanca, una de las noches mas mágicas del año, donde la noche es un atardecer constante.
Durante varias noches estos dos jóvenes se conocerán y experimentaran por primera vez la vida, esa que tanto han imaginado y deseado en sus sueños.
Noches Blancas habla de ese «tipo» que todos llevamos dentro que no se atreve a hacer las cosas por miedo, que se esconde de la vida, pero que cuando consigue salir se siente libre.
“Oye uno cómo en torno suyo circula la muchedumbre en un torbellino de vida, ve y oye cómo vive la gente, cómo vive despierta, y se da cuenta de que para ellos la vida no se desvanece como un sueño, como una ilusión, sino que se renueva eternamente, vida eternamente joven en la que ninguna hora se parece a otra.”